En junio de 2017 entraron en vigor nuevas reglas relacionadas con la recuperación de deudas por insolvencia transfronteriza. La intención de las nuevas reglas es doble: facilitar un camino más sencillo para la reestructuración de empresas en dificultades y ayudar a los acreedores de la compañía a recuperar su dinero de la empresa insolvente. Estas normativas se centran en prevenir y resolver conflictos de jurisdicción, que pueden surgir, y reconocen de manera crucial las sentencias relacionadas con la insolvencia en toda la Unión Europea.
Frans Timmermans, el Primer Vicepresidente de la Comisión Europea, comentó: "En un mercado interno real, las empresas que necesitan reestructurarse no deberían verse obstaculizadas por conflictos sobre qué normas nacionales se aplican, ni deberían las fronteras nacionales ser un obstáculo para que los acreedores recuperen sus reclamaciones. Estas nuevas reglas apoyarán a las empresas y la inversión a través de un aumento de la certeza legal. Necesitaremos ir más allá y adoptar reglas comunes de la UE para asegurarnos de que las empresas se reestructuren pronto, como ya ha propuesto la Comisión". La Comisionada de la UE para Justicia, Consumidores e Igualdad de Género, Věra Jourová, apoyó la idea de que debería haber la máxima oportunidad para facilitar la recuperación de una empresa para que pueda avanzar y volver a ser una entidad viable; también sintió que las nuevas reglas desalentarían el turismo de quiebras que se ha visto en el pasado.
Las nuevas reglas sobre reestructuración y segundas oportunidades eliminarán barreras para las inversiones y apoyarán a empresarios honestos, creando un terreno de juego equitativo en toda Europa. Las características principales del nuevo régimen apuntan a proporcionar un entorno diferente para que la empresa reestructurada opere, eliminando muchas de las barreras existentes para una recuperación exitosa de las empresas que han experimentado contratiempos.
Las plataformas en las que se basan las nuevas reglas son las siguientes:
- Ofrecen un abanico más amplio de procedimientos de reestructuración, empleando prácticas eficientes y actualizadas, no cubiertas previamente por las antiguas reglas, por lo que no se podían usar en asuntos transfronterizos.
- Se reducirá el turismo de quiebras, ya que el tribunal podrá examinar las circunstancias de un caso si el deudor se traslada poco antes de declararse insolvente. El tribunal podrá entonces decidir si la reubicación fue genuina o se ejecutó para aprovechar reglas de quiebra más indulgentes en una jurisdicción diferente.
- Se limitará la aplicación de "reglas secundarias" mediante las cuales se inician procedimientos en un tribunal de la UE pero en un país distinto al país en el que la empresa tiene su domicilio social. Evitar esto facilitará la reestructuración de empresas en un contexto transfronterizo y, al mismo tiempo, proporcionará garantías para los intereses de los acreedores locales.
- Se introduce un marco para los procedimientos de insolvencia de grupo, lo que aumentará significativamente la posibilidad de rescatar a todo el grupo, en lugar de dividir a la organización en partes.
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